Hace ya dos años que volví de Nagoya y cada vez me doy más cuenta de la influencia que tuvo en mí pasar un tiempo en Japón. No sólo hablo de la parte de la experiencia personal, las comidas y los viajes, si no también en el aspecto del diseño.
La primera semana que estuve allí fui a una visita de obra. Al entrar me dijeron que no podía pasar con zapatos, así que en calcetines estuvimos comprobando que estaba todo perfecto. La vivienda era la casa H diseñada por mi profesor Keisuke Kitagawa. Un techo circular con armazón de madera era el protagonista de la casa. Era una obra artesanal donde los operarios trabajaban con mucha delicadeza. Hacer, colocar, limpiar. Cada detalle cuenta.

En mi cabeza tenía la imagen de un Japón industrializado y 100% tecnológico. Sin embargo, ya desde esa primera visita de obra y en los seis meses siguientes, me di cuenta del valor que le daban a la artesanía, los rituales, las sensaciones y los detalles.
Si no fuese así, no podríamos explicar por qué triunfan los Neko Café, los restaurantes de ramen que tarda 8 horas en cocinarse, los mil sabores del kitkat, los rituales del té o la cerámica japonesa.
Despacito y con buena letra, nunca mejor dicho, porque la caligrafía es un arte. Hay mil cursos donde aprender a utilizar la tinta para poder escribir correctamente. El día que mi tutora me acompañó al registro de extranjeros, y puso la dirección de mi residencia en preciosos dibujos (kanjis) a una velocidad increíble me quedé alucinada.

En arquitectura, son famosas sus casas por el juego de espacios que hay en su interior, y esto lo consiguen trabajando no sólo en planta y sección, si no haciendo unas maquetas tamaño 1:10 espectaculares, donde tener controladas las visuales y los espacios. Cuando trabajas con ellos, te das cuenta que es mejor no diferenciar entre la arquitectura y el interiorismo en un proyecto, porque al final lo que queremos con ambos es crear un ambiente, un espacio, donde sentirte bien.
Me doy cuenta que algo de todo esto ha quedado en mi cuando mi profesor de cerámica me dice, esto que has hecho tiene así un aire japonés ¿no?, o cuando hago un render para un cliente y estoy el mismo tiempo pensando en el interiorismo que en la arquitectura, las visuales y la materialidad. Aún no me ha dado por las maquetas gigantes, pero nunca se sabe…
PD1: Por supuesto, en Japón no todo es minimalismo y buen hacer. Las cosas kawais triunfan, pero eso ya os lo contaré más adelante.
PD2: Si aun no sabes que es lo que estaba haciendo yo por ese lugar, te invito a que leas un poco sobre mi.
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